EL CAMINO DE SANTIAGO

Este texto fue creado en papel, de manera muy artesanal, en el año 1999, para quienes iban a viajar conmigo a Galicia, haciendo parte del Camino. Hoy - con otros medios y más tiempo - llegamos desde 43 a más de 600 páginas y disfruté mucho escribiendo sobre el recorrido y los panoramas y edificios encontrados, la historia, etc. Mi deseo es que quien lea estas páginas - sobre todo si tiene en sus venas sangre gallega - pueda disfrutar también.

martes, 25 de enero de 2011

ORIGEN DE LAS PEREGRINACIONES

El hombre que dio origen a las peregrinaciones hasta la última parte de la Romania – donde se hablaba un latín popular – se llamaba Iacobo Boanerges (llamado “Hijo del Trueno”, quizás por su carácter apasionado) De Iacobo sale Iago, hijo del pescador Zebedeo y de Salomé. Como dijimos, fue decapitado y su cuerpo arrojado fuera de la ciudad. Siempre de acuerdo con la tradición, sus discípulos llevan el cadáver hasta el puerto de Jope, donde se embarcan en un buque misterioso, que apareció sin tripulación.
La barca subió por el Atlántico, orilló las fronteras de la Lusitania (Portugal) y entró por la Ría de Arosa (después de Pontecesures, remontando el río Sar), allí donde mezclan sus aguas el Ulla y el Sar. Y subiendo por este río, arribaron al puerto de Iria Flavia (actual Padrón, por la piedra o “pedrón” donde amarraron la barca) Estos eran los dominios de la reina Lupa, una gran matrona de aquella época (vivía en el castillo “Lupario”)

NOTA: Cuando mi hija menor, Cecilia, viajó a Galicia, vio el monumento a esta reina, junto a la Catedral, y desde entonces me llaman así en mi familia, tanto que cuando estuve en las aulas de la Escuela de Psicología Social había otra  Cristina, y me conocían entonces por “Lupa”.

Los discípulos depositaron el cuerpo en una gruesa roca,  a la que ataron la barca. La roca cedió como si fuera de cera, hasta convertirse en el sarcófago del Santo. Acudieron entonces a la reina Lupa, dueña de los contornos, para pedirle una pequeña parcela para el entierro. Ella los envió al monte Illicinus (más tarde llamado “Pico Sacro”) Les indicó que allí encontrarían una manada de bueyes mansos para uncir al carro. Lupa sabía que allí no había bueyes, sino toros salvajes, que los atacarían. Encontraron un dragón, que quebraron al medio con la Señal de la Cruz. Lo mismo pasó con los toros, que se amansaron milagrosamente. Luego de estas aventuras increíbles, la reina Lupa se convirtió al Cristianismo y ofreció su palacio para la sepultura y una iglesia.
El lugar del enterramiento recibió diversos nombres, entre ellos, Monte Libredón, que significa “finca libre”, e incluso algunos afirman que Compostela significa “sepultura, o tierra bien cuidada”.
Hacia el año 813, en las proximidades de Iria Flavia (actual Padrón), los eremitas (monje) de San Fiz de Solovio vieron una luminosidad sobre el arbolado del Monte Libredón, que irradiaba de una estrella (Campo de la Estrella), y comunicaron al obispo Teodomiro de Iria. Este montó en su mula y fue al lugar, con algunos sacerdotes. A la noche, se repitieron estos hechos. Entonces, el obispo mandó limpiar el bosque, y se descubrió una capilla antigua. Cavaron en las ruinas y localizaron tres lozas, una al lado de un altar (la cercaron con un muro, para ampara los restos que allí yacían) Ellos conocían la tradición de Santiago, encontraron la piedra agujereada y el “penedo” (roca) donde Santiago se había escondido, cuando lo perseguían. En ese momento, se fundó una iglesia, un baptisterio, un monasterio de hermanos benedictinos (de Antealtares) y otro llamado “Santa María da Corticela”. Estos edificios se protegieron con muros contra los musulmanes.
El rey Alfonso II, el Casto (rey de Asturias, 791-842), estaba en Asturias cuando le avisaron, y se desplazó con toda su corte para ver el “Arca Marmórica” (véanse las imágenes que siguen)
Este fue el primer peregrino.


PLAZA DE LAS PLATERÍAS

El nombre de la plaza viene dado por los talleres de plateros y orfebres que en la Edad Media ocupaban los espacios del claustro.

 Fachada de las Platerías.

La plaza está estructurada en dos alturas unidas por una gran escalinata y con la Fuente de los Caballos en el centro, obra de 1825 de J. Pernas. Siendo una de las fuentes más famosas de la ciudad. De estilo barroco compostelano, está formada por cuatro caballos que echan agua por sus bocas, por encima de los cuales se alza un pedestal con el Arca Marmórica rematado por una figura femenina con el brazo alzado sosteniendo la estrella de Compostela.
En esta época, se encuentra prácticamente consolidada la invasión musulmana en la península y la figura de Santiago guerrero (Matamoros) unificará en la lucha contra el enemigo invasor.

La plaza está estructurada en dos alturas unidas por una gran escalinata y con la Fuente de los Caballos en el centro, obra de 1825 de J. Pernas. Siendo una de las fuentes más famosas de la ciudad. De estilo barroco compostelano, está formada por cuatro caballos que echan agua por sus bocas, por encima de los cuales se alza un pedestal con el Arca Marmórica rematado por una figura femenina con el brazo alzado sosteniendo la estrella de Compostela.
En esta época, se encuentra prácticamente consolidada la invasión musulmana en la península y la figura de Santiago guerrero (Matamoros) unificará en la lucha contra el enemigo invasor.






Se difunde este personaje por toda Europa, y se dice que Carlomagno fue uno de los más entusiastas patrocinadores de la peregrinación.

 
 Retrato de Carlomagno, por Alberto Durero. Se pintó varios siglos tras su muerte; el escudo de armas situado encima de su cabeza muestra el águila alemana y la flor de lis francesa.

Carlomagno fue emperador de Occidente entre los años 800 y 814, coronado por el papa León III. Fue famoso por sus expediciones contra los árabes de España, y por su protección de las artes, las letras y su avanzada legislación. Esta historia de Santiago, provocó una auténtica riada humana desde todos los confines de Europa que, con altibajos, se prolongó durante más de 1000 años, dando lugar a un importante florecimiento cultural y rompiendo la difícil barrera de los Pirineos, en la frontera entre España y Francia.
En el año 997, la gran incursión de los árabes por todo el occidente de Galicia, produjo la destrucción de gran cantidad de pueblos y monasterios. También saquearon Compostela y arrasaron la Basílica. Solo fue respetado el pequeño oratorio donde se encontraba el ataúd de Santiago.
La primera ciudad no tuvo larga vida. La verdadera Compostela se irguió sobre estas ruinas quemadas. Después del ataque del árabe Almanzor, comenzaron a ser reconstruidas las villas y los monumentos destruidos, principalmente por el rey Bermudo II y por Pedro de Mezonzo.

Bermudo II de León, apodado «el Gotoso» (entre 948 y 953 - 999), rey de Galicia desde el año 982 y además del reino de León desde el año 984.



 Pedro de Mezonzo, nacido en Curtis el año 930 y fallecido en 1003, fue un religioso católico español, obispo de Iria Flavia, Santiago de Compostela. Nombrado santo, fue un líder espiritual en momentos de gran tribulación en Galicia.


Tuvo que sufrir aún otra invasión: la de los normandos. Después, el obispo Cresconio irguió nuevas murallas y puso en ellas altas torres, de las que quedan todavía las Torres del Oeste, cerca de Catoira. Sin embargo, el gran reconstructor de la ciudad y de la catedral, fue Diego Peláez, con el apoyo del rey Alfonso VII, a fines del siglo XII, cuando las peregrinaciones estaban en los días de máximo esplendor.

Cresconio, obispo de Iria y Santiago de Compostela, durante el siglo XI. Galicia fue arrasada por la invasión normanda del conde danés Ulf. Cresconio reunió un ejército, y asumiendo el liderazgo de la nobleza gallega, derrotó a los vikingos hasta su expulsión. Fortificó el “Castallum Honesti”, hoy Torres del Oeste en Catoira, con el fin de bloquear futuras invasiones por la ría de Arosa. Edificó, asimismo, con idéntica finalidad la muralla de Santiago de Compostela. En las sagas escandinavas “Jacobsland” (país de Santiago) era el nombre que recibía el reino de Galicia. Su carácter de ciudad santa, estimulaba la avidez por apoderarse de sus tesoros.
Cresconio procuró el engrandecimiento de la diócesis de Iria Flavia-Santiago. Como receptora de la tumba de Santiago Apóstol, entendía que le correspondía un lugar prominente entre los reinos de la cristiandad occidental. Se titulaba “Episcopus Iriensis et Apostolicae Sedis”. Esto provocó la reacción de Roma, que lo excomulgó.
 
 Las Torres del Oeste.


As Torres do Oeste son un xacemento arqueolóxico composto polas ruínas consolidadas dunhas torres de orixe romana que serviron de enclave fundamental para a defensa das terras da arquidiocese de Santiago de Compostela dos ataques normandos na Alta e na Baixa Idade Media.

[Las Torres del Oeste son un yacimiento arqueológico, compuesto por las ruinas consolidadas de unas torres de origen romano, que sirvieron de enclave fundamental para la defensa de las tierras de la arquidiócesis de Santiago de Compostela, de los ataques normandos, en la Alta y en la Baja Edad Media]

El arzobispo Diego Xelmírez (1065? – 1140), fue elegido obispo de Santiago en el año 1100, continuó las obras comenzadas por Peláez y proyectó otras nuevas: el Palacio Episcopal y el Altar Nuevo del Apóstol, con frontal de plata. Fue impulsor de la obra “Historia Compostelana”, y de la catedral.


Miniatura medieval do mosteiro de Toxosoutos onde se representa a Diego Xelmírez ordeando a dous novos cabaleiros en compaña dunha comitiva de aristócratas. Século XIII.

[Miniatura medieval del monasterio de Toxosoutos, donde se representa a Diego Xelmírez, ordenando a dos nuevos caballeros, en compañía de una comitiva de aristócratas. Siglo XIII]
 

Arco del palacio de Xelmírez.
Arco do pazo pertencente ao coñecido como Pazo de Xelmirez, pese a seren posteriores a el, posiblemente de tempos de Xoán Arias, e que unen varias estancias do mesmo permitindo o paso por baixo deles.

[Arco del palacio perteneciente al conocido como Palacio de Xelmírez, pese a ser posteriores a él, posiblemente de tiempos de Juan Arias, y que unen varias estancias del mismo, permitiendo el paso bajo ellos].


La Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca ha prestado un valioso códice en pergamino sobre la historia compostelana, que formará parte de una muestra internacional que se está organizando con motivo de la celebración del año santo. Se trata de un rico volumen en pergamino con miniaturas y adornos en oro y diversos colores que recoge varias obras de tema jacobeo, entre las que se encuentra el Chronicon historiae compostellanae (siglo XIII), que es la copia más antigua conservada del Registrum que ordenó redactar Diego Xelmírez durante su episcopado, según la directora de la biblioteca, Margarita Becedas.
El códice se puede ver ya en la exposición “Compostela e Europa, a historia de Diego Xelmírez”, organizada por la Sociedade de Xestión do Xacobeo. La obra, que comienza en el folio 14 del volumen, presenta en su primera página una magnífica inicial que se alarga hasta rematar con una miniatura en tintas de colores sobre fondo de oro, representando a Diego Xelmírez y a un ángel incensando el sepulcro del apóstol.
El códice formaba parte de los fondos de la biblioteca del Colegio Mayor Arzobispo Fonseca y, como todos los manuscritos de los antiguos colegios salmantinos que hoy se conservan en la Biblioteca Histórica, fue trasladado a la Biblioteca del Palacio Real de Madrid tras la desaparición de los colegios y devuelto a la Universidad salmantina en 1954 con ocasión del VII Centenario de este centro.
La exposición, que ya se ha exhibido en París, está actualmente en el Vaticano y después viajará a Santiago. Es la primera realizada sobre la figura del obispo Diego Xelmírez (1070-1140), promotor de la catedral compostelana y figura clave de la historia y literatura gallegas como para la construcción de la Europa románica, ha recordado Becedas. El códice podrá contemplarse del 15 de agosto al 15 de octubre en la Iglesia de la Universidad en Santiago.

(Junio, 2010)


Altar mayor de la Catedral de Santiago de Compostela.
La primitiva ciudad surgida alrededor del ataúd, fue creciendo hasta convertirse en ciudad cosmopolita: el templo, el mercado y la hospedería fueron dando lugar a una ciudad de servidores de la Iglesia, posaderos, plateros, azabacheros, cambistas, etc. El eterno fluir de los peregrinos se dejó sentir en la ciudad con gran intensidad.
El descubrimiento del ataúd fue reconocido por todo el mundo europeo, especialmente por Francia.
En los dos primeros siglos, se fijan rutas, se levantan puentes, albergues, hospitales e incluso pueblos, ligados a la existencia del Camino. Se favorece incluso el asentamiento de colonos, en las ciudades de Estrella, Santo Domingo de la Calzada, Puente la Reina, etc.
La Orden francesa de Cluny se ocupó de crear la asistencia a lo largo de la Ruta Jacobea, con la Orden Militar de Santiago, para la protección de los peregrinos contra bandidos y salteadores, que abundaban.